Ser una piedra... todos dicen 'ay quiero ser una piedra, así no tengo sentimientos y no me hacen sufrir' pero, ¿quién les dijo que las piedras no tienen sentimientos? las piedras tienen sentimientos, aunque muy escondidos y es muy difícil llegar a ellos, casi imposible. Pero siempre esta el que poco a poco va abriendo el camino,  hasta que cuando ya casi llega, pasa algo, SIEMPRE pasa algo que hace que todo lo que había cedido la piedra vuelva a ser lo que era, estrujándole todos los nuevos sentimientos que había descubierto, abriendo heridas y cerrando esperanzas. Queriendo o no, el 'explorador' (digámosle explorador, sino hay que decirle forro hijo de puta y no cabe en el contexto metafórico de mi relato) logró que la piedra experimente cosas nuevas, si, pero también logró que su pequeño corazón se vuelva aún más pequeño y sienta cada vez menos. Estas experiencias la hacen más fría y más manipuladora, para no caer de nuevo ante algún explorador y volver a sufrir, aunque siempre este tipos de cosas pasan, vuelven a ocurrir...